Capítulo 75
Destinos manifiestos
Traducido por Laga
Corregido por DaniR
Editado por Helios
Corregido por DaniR
Editado por Helios
Mi antiguo mundo, el mundo de donde vengo, todavía me viene a menudo a la mente. Para mí fue una vida de aislamiento, pero no es que odie cada momento de mis casi cuarenta años allí. Disfruté especialmente visitando los orfanatos y jugando con los niños. Por supuesto, la mayoría de los chicos consideraban la lucha con espadas y el entrenamiento de ki como su forma de juego, así que siempre que iba, terminaba pasando horas enseñándoles.
Recuerdo un día en particular, cuando un niño del orfanato – por cierto, se llamaba Jacob – me hizo una pregunta.
“Hermano Gray, ¿crees en Dios?” – preguntó mirando hacia arriba mientras me tiraba de la manga.
Nunca he creído en Dios, ni en cualquier ser superior en el que algunas personas creen. ¿Cómo puede haber un Dios en un mundo donde el nivel de fuerza marcial determina cómo puedes vivir tu vida? Los padres que daban a luz a bebés físicamente débiles o lisiados lo consideraban una humillación, y a menudo eran ridiculizados por otros a sus espaldas. Esos bebés, aunque llegaran a vivir más allá de la adolescencia, nunca podrían llegar a nada. Tendrían tanto reconocimiento como una mosca zumbando en la cara de alguien: molestos, mejor muertos e inútiles.
Ni siquiera se salvaban de esto las mujeres. Sin importar lo hermosa y carismática que fuera, solo equivaldría a una prostituta de clase alta si no tenía al menos la fuerza mínima necesaria para ser considerada ‘mediocre’ entre los aprendices. Hasta esos viejos bastardos del Consejo, que se sentaban sobre su trasero todo el día y usaban a todos como peones, alguna vez habían sido grandes luchadores y figuras famosas.
¿Cómo podría existir un Dios en un mundo así? Aunque existiera un Dios o una Deidad en mi mundo anterior, ciertamente no era muy misericordioso ni cariñoso, y mucho menos justo.
Cuando ese niño, Jacob, me preguntó si creía en Dios, no pude responder. Estos niños creían, como yo creía una vez, que había un poder superior vigilándolos… Protegiéndolos.
Una vez más, ahora en este mundo, me hacían una pregunta similar, pero alguien mucho mayor que yo. ¿Creía en deidades…? ¿En algún tipo de poder superior que estaban por encima de nosotros y que era inalcanzable?
“No estoy seguro. ¿Existen los Dioses…?”
Las palabras «¿…en este mundo?» casi se me escapan de la boca.
“¡Ja, ja! Llevo haciéndome esa pregunta toda mi vida, pero he comenzado a pensar que las deidades puede que existan.”
El Abuelo Virion suelta una carcajada.
“¿Qué te ha hecho cambiar de opinión?”
Inclino la cabeza con curiosidad.
“Ella.”
Al principio pienso que Virion señala a Tess con el dedo, pero me doy cuenta de que es a la dormida Sylvie a donde dirige su mirada.
“¿Espera, Sylvie? ¿Crees que Sylvie es una Deidad?”
Casi ahogándome con mi saliva, dirijo la mirada hacia el Abuelo.
“Mocoso, las deidades son diferentes de lo que dicen los libros religiosos sobre los dioses. Las deidades son seres que pueden ascender desde lo que consideramos sus cuerpos mortales y armonizar plenamente con el maná. Los dragones, al menos a partir de lo que he leído sobre ellos, son seres que pueden convertirse naturalmente en deidades. No se pueden clasificar como bestias de maná de clase S o SS; si se comparan con los núcleos de maná, las deidades serían el nivel que uno alcanzaría después de traspasar la etapa del núcleo Blanco.”
El Abuelo Virion se mira las dos manos mientras dice esto; entonces, suelta una burla.
“Aquí estamos, elfos, humanos y enanos por igual. Como mucho, apenas somos capaces de aprovechar el poder de un núcleo de maná de etapa Blanca. Sin embargo, quizás todavía existan seres que puedan fácilmente nivelar montañas o inundar valles… ¡Aaaahhh~!”
Una vez más, el Abuelo Virion tiene esa mirada lejana. Cierra los ojos por un momento antes de abrirlos lentamente de nuevo, y su mirada se dirige hacia mí.
“Has leído acerca de la guerra entre las Tres Razas, así como sobre la guerra más reciente entre humanos y elfos, pero en comparación con esas dos guerras, en la antigüedad este continente resultaba mucho más caótico y peligroso. Las tres razas eran nómadas en ese entonces, siempre huyendo de las bestias de maná. Los humanos, los elfos y los enanos viajaban por separado debido a las diferencias en apariencia y cultura, pero siempre que alguna de las razas se encontraba, estaban en bastante buenos términos… Había que estarlo; intercambiaban información y recursos en bruto que recogían en la travesía. Esto ahora se conoce como la ‘Era de las Bestias’, donde las bestias de maná estaban desenfrenadas y gobernaban el continente.”
“No entiendo. ¿Por qué no usaban magia para ahuyentar a las bestias de maná? Podría entender tal vez que debían evitar a las bestias de maná de clase A y superior, pero no logro ver por qué estaban tan indefensos.”
Mis cejas se fruncen debido a la confusión.
“No es que no lo quisieran hacerlo, es que no podían. Mocoso, ¿alguna vez te has fijado en el cuadro que hay en el salón principal del Palacio Real en Elenoir?” – dice de repente cambiando de tema.
“¿Te refieres a ese enorme cuadro de la sala de estar? Quiero decir, me fijé al principio, pero lo cierto es que no pude encontrarle sentido, así que simplemente lo ignoré.”
Dejo escapar una risa incómoda, rascándome la cabeza.
“Cada uno de los tres Palacios Reales tiene una pintura similar a esa. Se trata de una representación de una poderosa Deidad dándonos la herramienta para vencer a las bestias de maná y poner fin a la Era de las Bestias.”
No puedo discernir cómo se siente Virion al momento de decir todo esto; su expresión es una mezcla de varias emociones. No importa cuán ridículo me suene esto, el tono del Abuelo me muestra que no está bromeando cuando habla, así que me quedo callado y lo dejo continuar.
“Esta Deidad apareció frente a tres personas, que eran los antepasados de lo que ahora son las Tres Familias Reales. Él otorgó a nuestros antepasados seis artefactos, que se distribuyeron equitativamente entre ellos, ya que habían sido elegidos por la Deidad para convertirse en Reyes. Representando a los humanos, el jefe de la familia Glayder de ese momento recibió dos. Para los enanos, el jefe de la familia Greysunders recibió dos y, por último, para los elfos, el antepasado de mi familia, Eralith, también recibió dos.”
Virion no puede evitar sonreír después de ver mi expresión.
“¿Eh? ¿Por qué esta supuesta ‘Deidad’ les daría esos tesoros a las tres razas sin motivo?” – balbuceo con incredulidad, sin poder contenerme.
“Déjame llegar a eso, mocoso.” – me reprende. – “Recuerda, esto ocurrió mucho antes de que yo naciera. Este conocimiento se transmite de un Rey a otro, y supongo que la información puede haber sido exagerada o distorsionada en ciertas direcciones a lo largo del tiempo, pero esto es lo que me han enseñado. Los tres Reyes no estaban destinados a usar los tres pares de artefactos otorgados por la Deidad ellos mismos; en cambio, estaban dirigidos a ser otorgados a sus dos súbditos más poderosos bajo un juramento de alma a través de una especie de ceremonia de caballería. Con estos poderosos artefactos entregados a sus guerreros más fuertes, las tres razas estaban destinadas a usar el poder de los artefactos para protegerse a sí mismas, así como para ganar la ventaja en la dominación de las bestias de maná, además del resto de monstruos antiguos de la época.”
“Asumo que otorgar a tres razas artefactos súper poderosos solo implica caos y guerra, en lugar de protección. No estoy tan seguro en el caso de los elfos, pero al menos si observas a cierta parte de los humanos, la codicia no es exactamente una cosa rara.”
Me río entre dientes, negando con la cabeza.
“Bueno, es gracioso que digas eso, porque eso es lo que sucedió. De hecho, los artefactos permitieron a los elfos, humanos y enanos trabajar juntos durante ese período para expandir aún más su área de dominio. Muchas de las bestias de maná fueron asesinadas o expulsadas a lo que ahora se conoce como Claros de las Bestias, poniendo fin a la Era de las Bestias. Sin embargo, poco después, la codicia se apoderó de los tres Reyes y sus súbditos. Además del increíble poder que los artefactos otorgaban a sus portadores, les daba información sobre cómo utilizar la fuente de energía que compone el mundo, que ahora llamamos maná. Con esto, los usuarios de los artefactos enseñaron a aquellos que consideraban capaces, dando lugar a la primera tanda de magos. Borrachos de poder, el concepto de armonía disminuyó y pronto condujo a conflictos internos debido a la codicia.”
Virion me mira con una sonrisa dolorosa antes de continuar.
“Los tres pares de artefactos otorgados tenían atributos diferentes y se dividieron entre humanos, elfos y enanos respectivamente, segregándonos a todos aún más. Las distintas características de especialización entre las Tres Razas que tenemos hoy se deben supuestamente a los artefactos. Lo que sucedió entonces fue lo siguiente. Los enanos razonaron que debido a que eran los seres más cercanos a la tierra, creían que deberían ser los gobernantes naturales del Continente. Nosotros los elfos, razonamos que debido a que éramos los más cercanos a todos los seres vivos, deberíamos ser los gobernantes del Continente; mientras que los humanos, que podían entrenar y utilizar los cuatro elementos principales, creyeron que la Deidad quería hacerlos a ellos los gobernantes del Continente.”
Virion vuelve a mirar a Tess para asegurarse de que todavía sigue dormida.
“La primera guerra, que duró más que cuando llevaron a las Bestias de Maná a los Claros de las Bestias, fue lo que llevó a la segregación de las tres razas, así como a la formación de los Tres Reinos. La segunda guerra, con la que estás más familiarizado, ocurrió entre humanos y elfos. Entonces… Volviendo a la pregunta de dónde vinieron las Seis Lanzas, ¿puedes adivinarlo ahora?” – me insta.
“Espera… Entonces, ¿esos seis artefactos otorgados a nuestros ancestros por la supuesta Deidad fueron entregados a las Seis Lanzas?” – mi mente se acelera mientras las piezas del rompecabezas comienzan a encajar. – “Y los artefactos son la razón por la que pueden superar la etapa de núcleo Plateado y convertirse en magos de núcleo Blanco, y también son la razón por la que no pueden ir en contra el Consejo, ya que están ligados por el alma, al igual que los usuarios anteriores que estaban ligados a los primeros Reyes.”
Encima de mi rostro aparece una exclamación tras llegar a una revelación cuando todo comienza a hacer ‘clic’.
“Probablemente, las Lanzas eran elegidas entre los candidatos entrenados directamente por la Familia Real de su respectiva raza; cuando se les consideraba dignos, se les otorgaba el artefacto junto con el juramento del alma que unía sus vidas a los Reyes.” – sigo con mi razonamiento.
“Exactamente. Eran entrenados en secreto como candidatos para que cada uno empuñara un artefacto. Sin embargo, no fue hasta el descubrimiento del nuevo continente que las tres razas decidieron que necesitaban unificarse.”
El Abuelo Virion tiene una mirada distante en su rostro mientras sigue con su explicación.
“Una última pregunta. Entonces, ¿los artefactos también se entregaban a personas en el pasado? ¿Cómo es que nunca hemos oído hablar de ellos?”
En este momento estaba sentado, completamente concentrado en la conversación e inclinado hacia adelante como si fuera posible recibir información más rápido de esa manera.
“Sí, pero esta es la primera vez que se dan a conocer al público. En el pasado, los portadores de los artefactos siempre protegían al Rey y a su familia desde las sombras. Solo ahora, después de la unificación del continente, hemos decidido dar a conocer a los portadores. Por supuesto, nadie más sabe que han obtenido su fuerza a través del poder de los artefactos. Si ese secreto fuera revelado, probablemente causaría un golpe de estado. No debemos despreciar la codicia de numerosos magos de núcleo plateado desesperados por superar sus límites. ¿Quién sabe hasta dónde podrían llegar algunos? Tal vez, incluso pueden ser capaces de destruir todo el linaje real con la esperanza de ser los nuevos maestros de los artefactos.”
Virion hace una nueva pausa antes de volverse para mirar a Sylvie una vez más.
“Imagino que tu vínculo tiene la capacidad de convertirse en una Deidad. No estoy seguro de cuánto tiempo puede transcurrir hasta llegar a eso y si estaremos vivos cuando eso suceda, pero Arthur, necesitas volverte más fuerte. Llámalo mi propia intuición senil, pero siento que los cambios van a ocurrir pronto… Cambios enormes. Solo espero estar equivocado.”
Esta es la primera vez que veo al Abuelo Virion con una expresión tan preocupada en su rostro. Mi mente recuerda el mensaje que Sylvia dejó dentro de mí después de teletransportarme al Bosque Elshire; sobre cómo volvería a saber de ella cuando llegara a la etapa más allá del núcleo Blanco. Estoy empezando a pensar que quizás estas supuestas deidades no son tan ficticias como creía.
“Mmmm… ¿Qué sucede? ¿Por qué estoy durmiendo en el suelo?”